El duelo es el proceso de adaptación que seguimos las personas tras una pérdida. La pérdida puede ser tanto por fallecimiento de un ser querido como por la ruptura de una relación. También existen otros tipos de pérdidas como el cambio de trabajo, de domicilio, la falta de salud, la jubilación o la entrada a la edad adulta o a la vejez.
El duelo es universal, es algo por lo que todas las personas hemos pasado y pasaremos. El ser humano nace y se desarrolla a través de la vinculación con otros seres humanos. Somos seres sociales y necesitamos del amor para sobrevivir y crecer. Por ello es inevitable el sufrimiento asociado a las despedidas con las que nos encontraremos a lo largo de nuestra vida. La vida es un camino lleno de encuentros y despedidas.
El duelo no es ni una enfermedad, ni una depresión. Es una reacción a una pérdida que afecta a todas las dimensiones de la persona, sus pensamientos, emociones y conducta, sus valores, sus relaciones y sus creencias espirituales. El reto es acompañar a las personas en duelo en su proceso de aprender a vivir cuando falta algo, cuando ha habido un cambio. Acompañarles en la adaptación a una realidad en la que ya nada vuelve a ser lo mismo, ni siquiera uno mismo.
Si estas pasando por alguna de estas situaciones:
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